martes, 11 de noviembre de 2008

Behobia - San Sebastian

El atletismo español de alta competición vive días complicados y un futuro más que incierto tras el varapalo de Pekin-2008. Sin embargo, el atletismo popular ha vivido en España un boom que provoca una altísima participación en todas las carreras, desde las de 10 kilómetros, hasta el mismísimo y exigente maratón. La Behobia-San Sebastián, del pasado 9 de noviembre, de unos 20 kilómetros, es una prueba del auge de una disciplina que se ha convertido en algo más que una manera de mantenerse en forma o de llevar una vida saludable. No es sencillo establecer los puntos de conexión para que esta práctica masiva derive en una mejora de la alta competición; no lógicamente en cuanto a los deportistas, sino en la creación de un público actualmente casi inexistente. Un hecho que, por ejemplo, despierta cierta inquietud en Barcelona, sede del próximo Campeonato de Europa del 2010.

El fenómeno de la Behobia, como es conocida la carrera guipuzcoana, es paradigmático de ese resurgir de las carreras populares, que engloban a un pelotón de corredores que mayoritariamente superan los 30 años. La carrera fue fundada en 1919 pero hasta 1979 solo disputó 14 ediciones; en 1978 llevaba 14 años sin organizarse. Fue entonces cuando el Club Deportivo Fortuna de la capital donostiarra decidió dar un empujón a su carrera. Desde los 1.000 participantes que se dieron cita en 1979 la carrera no ha dejado de crecer, hasta el punto de que en una sola semana del pasado mes de mayo agotó este año el número de inscripciones, más de 16.000.

Y lo hace gracias a que desde Behobia, a las afueras de Irún, hasta San Sebastián el corredor se siente siempre acompañado por un público generoso, entregado y entusiasta que le hace sentir como si fuera un ciclista en una de esas etapas de montaña del Tour.

El espectador de la Behobia es único y apoya al fondista hasta en un tramo de autopista situado entre el kilómetro 7 y 8, que lleva al alto de Gaintxurizketa, en el que tiene que subir de lo lindo, o cuando vuelve a empinarse la calzada camino de Mirakruz, en el 17. Animan y aplauden hasta poner la piel de gallina. Esos aficionados se entregan tanto o más con el corredor que invierte dos horas como con el ganador de esta 44ª edición, Chema Martínez, campeón europeo de 10.000 y maratoniano olímpico.



La Behobia está en condiciones de alcanzar los 20.000 participantes. Esos 20.000 corredores no harían más que corroborar el puesto hegemónico que ocupa esta carrera entre las pruebas que exigen algo más que la voluntad y unas zancadas ocasionales, como es una distancia de 20 kilómetros. Porque entre Behobia y la capital guipuzcoana se respira atletismo, deporte popular en esencia pura.