domingo, 6 de diciembre de 2009

Confesiones de un runningómano

Como todo enfermo que padece una adicción, niego rotundamente que sufra cualquier tipo de obsesión patológica. Aquí estoy, satisfecho de correr, orgulloso de saber que las recomendaciones del gobierno sobre "hábitos saludables" no van conmigo. Pero últimamente, parece ser, no me distingo en nada de un adicto a la heroína. Un grupo de científicos -añadiría 'pseudo' de prefijo- han afirmado que "el exceso de ejercicio físico comparte similitudes con el consumo de drogas".

Este tipo de aserciones ya resultaba familiar al hablar de "deportes extremos", cuyos devotos han sido tildados siempre de "yonkis de la adrenalina". Sin embargo, ahora ésto se hace extensivo a correr; sí, a esa actividad recomendada desde siempre y por todos para mantenerse en forma.

Han hallado que demasiada carrera desencadena una reacción en la mente similar a la que provoca la heroína, y por lo tanto, es igualmente adictiva. Y, ¡aún peor!, la abstinencia repentina puede provocar mono: temblores, sudores, náuseas y mareos. ¡Por favor!

Publicado en un artículo de Behavioural Neuroscience, los investigadores nos advierten que el deseo de saltar del sofá y perder unos kilos puede convertirse rápidamente en un comportamiento tan compulsivo como el consumo de narcóticos. El deporte moderado se convierte en un serio y preocupante hábito de maratón.

¡Que me lo digan a mi! Mi historia empezó como un deseo de ponerme en forma y mejorar la resistencia en mi otro deporte, el judo. A los pocos meses, ya me había apuntado al maratón de Barcelona. Como muchos otros corredores, encontré en esta prueba que la mezcla de camaradería, excitación y euforia al atravesar la meta era un mezcla fabulosa. Y me enganché.

En cuanto las ampollas remitieron y desapareció de mi memoria el recuerdo de todos mis músculos doloridos, me sobrevino un pensamiento. ¿Qué es lo siguiente? ¿Cual va a ser mi próximo reto? Me encontraba ya en lo alto de una pendiente resbaladiza hacia metas más duras: ultra-maratones, carreras non-stop, travesías de cinco días por el desierto, triatlones.

¡Y os advierto! No soy el único. De un tiempo a esta parte he conocido a muchos otros con personalidades adictivas. Tipos que dejaron el alcohol y los 40 cigarrillos diarios y pasaron a incribirse en carreras cada fin de semana, incluyendo pruebas de resistencia extrema. ¡Infelices! ¡Nada han ganado! ¡Solo han cambiado una adicción por otra!

Todos coincidimos en que somos gente que necesita el ejercicio físico, así que nadie ni nada nos intente detener. No creo que sea adicto a correr, únicamente he hecho del deporte parte de mi vida. Me enorgullezco plenamente de ello y lo veo como una cosa positiva. ¿Alguien ha oído decir alguna vez a un heroinómano que es feliz de serlo?

Admitamos finalmente que se trata de una adicción y que estamos enganchados. Los opiáceos como la heroína crean de forma artificial lo que el cuerpo produce naturalmente. El cóctel de drogas que el cuerpo produce al correr incluye endorfinas (efecto analgésico), dopaminas (producidas también durante el orgasmo), así como serotonina (efecto antidepresivo) y adrenalina (aumenta fuerza y concentración). No está mal. En otras palabras, si quieres un subidón, olvida el caballo y ¡empieza a correr!

¿Quién no ha visto rebrotar sus fuerzas al ver la línea de meta tras los 42 kilómetros del maratón? ¿Quién no ha sentido que correr los últimos 195 metros son un auténtico premio y un tsunami de sensaciones? Ésto me da un último argumento contra la adicción: mientras que un subidón de cocaína no pasa aparentemente de los 15 minutos, después de una gran carrera, podemos viajar en un globo de euforia durante toda la semana.

Los investigadores han afirmado que dejarlo de golpe puede llevarte a un bajón: depresión, abatimiento, apatía, malhumor. Yo no puedo dejarlo. Tras unos días sin correr, me subo por las paredes. Sí, parece pues que debe haber un elemento adictivo en todo ésto. Sin embargo, hace unos días, en un reconocimiento médico, el doctor me dijo que tenía los pulmones de una persona diez años más joven.

¡Bendita adicción!


sábado, 19 de septiembre de 2009

A por el triatlón...

Después de escuchar este monólogo, seguro que entran unas ganas locas a iniciarse en el triatlón...




¿Animados?

martes, 19 de mayo de 2009

Juventud, divino tesoro

ÉRASE UNA VEZ UN NIÑO, TODO EL MUNDO EN SUS MANOS, TODA LA VIDA POR VIVIR, TODA LA ILUSIÓN EN LA MIRADA. AVANZA CON SU GATEO INOCENTE, PURA SABIDURÍA A RAS DEL SUELO, APOYANDO SU CANDIDEZ EN PIES Y MANOS, DESCUBRIENDO A CADA PASO UN UNIVERSO. Todo es nuevo para él, nada hay estropeado en su corta existencia; nada, salvo sus juguetes, está roto aún en su vida. Es un futuro corredor.

Poco a poco se yergue su figura, su mirada es más amplia ahora, su horizonte más lejano, ve más cosas y ya sólo sus pies, inseguros todavía, transportan sus incipientes ideales. Es un corredor en ciernes.

Juventud, divino tesoro, viene revolucionándolo todo, trastocando su ingenuidad. Pero ya es un corredor y sigue su camino sin mirar hacia atrás. Sus zancadas son cada vez más rápidas. No teme a nada, ni a nadie. No existen obstáculos a su ambición. Es un gran corredor. Su avance es seguro, es firme, no contempla titubeos. Pero éstos, junto a los desengaños, llegan.

Su vista empieza a observar grietas en sus sueños que creyó irrompibles. Deja de ser inmune al desaliento, su ánimo empieza a quebrarse, su poder se resquebraja. Va perdiendo ilusiones por el camino, ya no juega, ya no corretea con sus amigos tras un balón, ya no ansía batir marcas, ya no encuentra el momento, ya no encuentra el sentido, ya no encuentra el lugar. Su reloj mide ahora obligaciones, mide excusas, ya no mide tiempos. Era un corredor y ya no corre.

Sin darse cuenta, se hace mayor y hay cosas que cree no poder hacer ya, cosas, que unas normas no escritas y que no estudió en el colegio, le incitan a abandonar. Es la madurez que avanza, pero no es la vida que le gusta. Ansía volver a despertarse con la visión ilusionada de sus años juveniles, sin la desazón que ahora le acompaña cada vez que se acuerda de cuando corría, de cuánto corría, cuando recuerda que fue un gran corredor.

Un día, sin darse apenas cuenta, empieza a juntar trozos rotos de la ambición que tuvo tiempo atrás, y el puzzle de su vida cobra sentido. Desempolva su viejo reloj, el que medía tiempos en el parque, el que contenía pedacitos de su juventud, el que calculaba sus esfuerzos, el que marcaba sus descansos.

Vuelve a encontrar la complicidad cuando se cruza con otros corredores, ya no le estorba su edad, ya no le importa la incomprensión, cada vez hay más incomprendidos y cada vez es más feliz.

Observa que cuantos más años tienen sus zancadas, tanto más sabios son sus pasos. Está redescubriendo que "lo urgente no ha de quitar tiempo a lo importante" y para él, correr es importante, por más que pesen las excusas, por más que pesen las obligaciones, por más que pesen los años, por más que pasen los años. Halla de nuevo el momento, halla de nuevo el sentido, halla de nuevo el lugar.

ÉRASE UNA VEZ UN HOMBRE, TODO EL PASADO EN SUS MANOS, TODO EL FUTURO EN SU MIRADA, TODA LA CIENCIA EN SUS ZANCADAS. ES UN VETERANO CORREDOR.

Juventud, divino tesoro, que regresas para quedarte.

viernes, 5 de diciembre de 2008

La tribu de las seis

Son solo unos minutos más tarde de las 5 la mañana; toda Barcelona descansa. ¿¿Toda?? ¡¡No!!

Una docena de incondicionales miembros de la tribu del C.A.Running se preparan para su entrenamiento; desafían sin dudar al sueño y se enfrentan a la pereza saltando de la cama. Son ya las 6 de la mañana y el sol se resiste a salir, pero es la hora de asamblea. La tribu se agrupa y se prepara para explorar las nuevas rutas y los recónditos caminos que se abren en el bosque barcelonés.

El C.A.Running es un imponente batallón de más de 140 guerreros, pero la legión de valientes madrugadores nunca sobrepasa la veintena. Es de recibo destacar a algunos de los héroes que componen este grupo de élite.

David Segarra El MONSTRUO David es uno de los guías y líderes indiscutibles de la tribu. Es el encargado de planificar y estudiar los caminos, así como de conducir al resto del grupo por rincones que solamente él conoce. No existe esquina o callejuela de la jungla barcelonesa dónde no haya librado una árdua batalla, o no tenga una increíble historia que contar. Son éstas sus historias las que entretienen al resto de la tribu durante su recorrido diario. Se dice de él que se mueve como un lince en el asfalto, pero que la montaña todavía le resulta un terreno hostil.
Manuel Muñoz ROBIN - El MESETARIO - PECHITO PALOMA Manolo nació en la meseta castellana y tiene genes blancos, pero ese gran handicap no le impide ser un gran guerrero y un todavía mejor compañero. Sus entrenamientos preprepados metódicamente le han convertido en un luchador hábil y duro en la batalla. Los chistes, las ocurrencias, las imitaciones y los refranes de su interminable repertorio le han permitido ser nombrado juglar de la tribu.
Rafael Villalba AFA- El ABUELO Rafa es el patriarca y uno de los ancianos de la tribu. Curtido en sus mil batallas ya libradas durante lustros, sigue siendo valiente y correoso en la pelea cuerpo a cuerpo. Su estado de forma es envidiable gracias a un pacto con el diablo que hace que por él no pase el tiempo. Todos los jóvenes aprendices de la tribu quieren ser de mayores como él.
Fernando Zurita ESMORZATOR - PERCHERON - DESPACIET Zuri es el destacado cazador y cocinero de la tribu: conoce y memoriza todos los rincones de Barcelona donde se puede conseguir comida. Gran gourmet y divertido en el trato, no perdona un pantagruélico almuerzo tras el exigente entrenamiento o la sangrienta batalla. La fuerza y su larga zancada le permiten moverse y resistir por tierra y asfalto.
Txema Colomer TIJERITAS - El FAUNO Txema es el encargado de las mazmorras, el carcelero de la tribu. Como druida hechicero, posee un sinfín de conocimientos acerca de todas las pócimas y ungüentos que ayudan a mitigar el dolor del guerrero. La montaña es su hábitat natural, sabe orientarse mirando la luz de los astros y su máxima es que el camino más corto siempre es la línea recta.
Xavi Capdevila CAPI En tiempos de paz, Xavi es el sastre que confecciona las vestimentas y armaduras de la tribu. Su coraje, resistencia y mentalidad son inigualables: puede enfrentarse a sus enemigos 24 horas seguidas en tartán, recorrer 100 kilómetros en asfalto, o realizar interminables travesías de incontables kilómetros por montaña. Su práctica habitual es de doblar sus sesiones de adiestramiento, para luego así luchar, luchar, luchar y nunca desfallecer en la batalla.
Carles Farré El BOTXI Carles es el gran explorador de la tribu: 78 batallas libradas, 78 batallas ganadas sobre sus piernas. No hay rincón en el mundo donde no haya luchado y su carácter y experiencia alienta a sus compañeros más jóvenes.
Pere de la Rosa El NEGRE Adiestrado en el arte de la guerra y de la danza Haka por los maoríes, es el bardo y un indispensable animador de la tribu. Su repertorio de canciones populares no conoce límites. Si un compañero necesita aliento en los últimos instantes de un combate, él está siempre dispuesto a ayudar y empujar con su ánimos.
Celia Merchán La MUJER BIÓNICA Celia es la única fémina y por tanto reina de la tribu de las seis. Muy discreta pero constante en su preparación diaria, siempre embauca y hechiza al enemigo con una encantadora sonrisa. Muy orgullosa cuando desenpolva el hacha de guerra, acumula sin cesar coronas de laurel en las batallas.
Jordi Balagué El ROTO Jordi es el jardinero de la tribu. Herido y lesionado una y cien veces en los combates, su mala suerte parece no tener fin. Sin embargo, su firme voluntad y su coraje le permiten estar siempre en primera línea cuando las espadas están en alto, o cuando hay que defender las señas de identidad de su pueblo.
Toni de las Heras El TAKI- MORTADELO Toni fue admitido recientemente en la tribu del C.A.Running, y se ha convertido rápidamente en un feroz luchador. Afrontando a vida o muerte la prueba de acceso, sufrió un pequeño susto en forma de taquicardia; fue a consultarlo a un curandero novel, cuya única y brillante idea fue... ¡ingresarlo en el hospital!
Pedro López MINIMOY Pedro fue tomado prisionero tras una batalla contra la tribu de los pigmeos, pero desde tiempo atrás y gracias al trato recibido por sus captores, lucha al lado de sus compañeros del C.A.Running.

martes, 11 de noviembre de 2008

Behobia - San Sebastian

El atletismo español de alta competición vive días complicados y un futuro más que incierto tras el varapalo de Pekin-2008. Sin embargo, el atletismo popular ha vivido en España un boom que provoca una altísima participación en todas las carreras, desde las de 10 kilómetros, hasta el mismísimo y exigente maratón. La Behobia-San Sebastián, del pasado 9 de noviembre, de unos 20 kilómetros, es una prueba del auge de una disciplina que se ha convertido en algo más que una manera de mantenerse en forma o de llevar una vida saludable. No es sencillo establecer los puntos de conexión para que esta práctica masiva derive en una mejora de la alta competición; no lógicamente en cuanto a los deportistas, sino en la creación de un público actualmente casi inexistente. Un hecho que, por ejemplo, despierta cierta inquietud en Barcelona, sede del próximo Campeonato de Europa del 2010.

El fenómeno de la Behobia, como es conocida la carrera guipuzcoana, es paradigmático de ese resurgir de las carreras populares, que engloban a un pelotón de corredores que mayoritariamente superan los 30 años. La carrera fue fundada en 1919 pero hasta 1979 solo disputó 14 ediciones; en 1978 llevaba 14 años sin organizarse. Fue entonces cuando el Club Deportivo Fortuna de la capital donostiarra decidió dar un empujón a su carrera. Desde los 1.000 participantes que se dieron cita en 1979 la carrera no ha dejado de crecer, hasta el punto de que en una sola semana del pasado mes de mayo agotó este año el número de inscripciones, más de 16.000.

Y lo hace gracias a que desde Behobia, a las afueras de Irún, hasta San Sebastián el corredor se siente siempre acompañado por un público generoso, entregado y entusiasta que le hace sentir como si fuera un ciclista en una de esas etapas de montaña del Tour.

El espectador de la Behobia es único y apoya al fondista hasta en un tramo de autopista situado entre el kilómetro 7 y 8, que lleva al alto de Gaintxurizketa, en el que tiene que subir de lo lindo, o cuando vuelve a empinarse la calzada camino de Mirakruz, en el 17. Animan y aplauden hasta poner la piel de gallina. Esos aficionados se entregan tanto o más con el corredor que invierte dos horas como con el ganador de esta 44ª edición, Chema Martínez, campeón europeo de 10.000 y maratoniano olímpico.



La Behobia está en condiciones de alcanzar los 20.000 participantes. Esos 20.000 corredores no harían más que corroborar el puesto hegemónico que ocupa esta carrera entre las pruebas que exigen algo más que la voluntad y unas zancadas ocasionales, como es una distancia de 20 kilómetros. Porque entre Behobia y la capital guipuzcoana se respira atletismo, deporte popular en esencia pura.


martes, 29 de julio de 2008

Ultra Trail Aneto

“Extrema” és segurament la millor paraula que defineix la travessa “Ultra Trail Aneto” que quatre privilegiats membres del C.A. Running vam tenir l’oportunitat de gaudir el passat 19 de juliol. Extrema és la bellesa dels paratges naturals del Parc Posets-Maladeta on transcorre la cursa, i extrema és la duresa de la prova: 64 kilòmetres de recorregut d’alta muntanya al voltant del pic més alt dels Pirineus, l’Aneto, i 3500 metres de desnivell positiu acumulat.




Feia més de dos mesos que en Txema Colomer, en Xavi Capdevila, en Fernando Zurita i jo ens haviem apuntat a la primera edició d’una prova que havia aixecat una enorme expectació. Les inscripcions es van exhaurir en només 38 minuts que van romandre obertes! Personalment, feia temps que una cursa no em feia tanta il·lusió.

Divendres 18 de juliol després de dinar: cotxe i cap a Benasque. Arribem al càmping a darrera hora de la tarda i muntem ràpidament la tenda gràcies a l’expertesa d’en Txema i sota la “inestimable supervisió” d’en Zurita. Prenem un bon plat de pasta i pizza per sopar i ràpidament als sacs a descansar.

Ha arribat el gran dia! S’ha d’esmorzar bé. Ens espera un gran esforç que uns boníssims “panedons”, que en Zurita ha portat de Tamarit per l’ocasió, ens ajudarà a superar. Una última (potser la vintena vegada!) revisió de tot el material que hem de dur a les motxilles i cap a la línia de sortida.



L’ambient muntanyenc és impressionant. Quasi 500 persones preparades per afrontar el repte de completar la travessa en menys de 24 hores, superant onze estrictes controls horaris de pas, i en total autosuficiència. Farem dos grups: en Txema, en Xavi i jo d'una banda, i en Fernando Zurita i en Pol, antic alumne i amic d'en Txema, per darrera. Ens retrobarem a l'arribada. Ens desitgem tots bona sort. Abraçades.

Sortida. Cap corredor camina. Tothom comença a trotar. Fem una volta pels carrerons del poble de Benasque, on un munt de familiars i amics dels corredors i altres espectadors ens acomiaden amb uns aplaudiments i ànims que ben segur necessitarem.

Tot just sortir del nucli urbà agafem una pista que ens porta ràpidament al GR11 seguint el riu Éssera. És una ascensió molt suau que ens dirigeix al Pla de Senarta on hem de fitxar el primer control de pas; la temptació de córrer més ràpid és forta, però la veu de la consciència (o era potser la d’en Txema?) ens diu que hem de dosificar l’esforç.

Primera dificultat de la travessa: entrem en un espectacular bosc de pins seguint el GR11, i sense deixar de pujar, tornem a la pista fins el Pont de Corones, on es troba el segon control. Fem una paradeta molt ràpida per omplir els bidons d'aigua en un torrent: ens espera ja la pujada al Coll de Ballibierna, el segon punt més alt (2728 metres) del recorregut.

L'ascens al Coll de Ballibierna es tan dur i llarg com espectacular. La pista es transforma poc a poc en un camí, que passant a la vora de diferents llacs, es troba parcialment cobert de neu. Unes relliscades més endavant, el camí acaba en uns grans bloc de pedra, que fan que les mans siguin tant indispensables com les cames per continuar pujant. L'esforç de la pujada es veu ràpidament compensat per la panoràmica impressionant que es pot observar des de d'alt del coll. Tercer control assolit.

Toca baixar. El gruix de la neu és considerable de l'altra banda del coll. Tenim dues opcions: caminar assegurant cada pas i baixar lentament, o bé cul a terra i lliscar avall. Decisió unànime: tobogan fins on acabi la neu. La resta d'aquest primer descens es fa per un camí bastant còmode que arriba fins l'Estany de Llauset. Les aigües de l'estany son cristal·lines i la temptació de ficar-s'hi dins, enorme. Quart control.

Tornem a tenir un "mur" davant fins al Coll d'Angliòs; son pocs metres de desnivell però la pendent és brutal en el camí cavat a la roca. El descens a continuació fins l'Estany d'Angliòs és molt tècnic i s'ha d'anar amb molta precaució per no caure. Des de l'estany, comencem un llarguíssim descens que ens ha de conduir, pel mig d'un dens bosc, fins al fons de la vall de Salenques. Pedres, arrels, fang, bassals i mosquits fan que el descens no sigui precisament senzill. Cinquè punt de pas.

El tram que hem d'afrontar ara és amb tota certesa el que dóna el qualificatiu de "ultra" a aquesta travessa al voltant de l'Aneto. Haurà de passar segurament molt de temps fins que hagi d'afrontar una pujada més dura que la del Coll de Salenques. Son "només" 8 kilòmetres, però amb més de 1200 metres de desnivell positiu. Els primers passos son per un corriol forestal molt espès, però ràpidament i a mesura que guanyem alçada, els arbres i l'herba desapareixen i deixen pas a grans blocs de pedra, alguns d'ells inestables, i neu dura. Tenim el Coll de Salenques, majestuós, just davant de nosaltres. "Fins allà dalt hem de pujar?!", sembla preguntar-se tothom. L'ascens és llarguísim i brutal; ens hem de guanyar cada metre, cada pas endavant és una victòria. Peus, mans, genolls, bastons: tot és indispensable per pujar i avançar. En Txema, en Xavi i jo ens anem separant involuntàriament; cadascun farà la guerra pel seu compte. La neu em desespera: un pas endavant, relliscada, i dos endarrere. "Quan falta per arribar a dalt?". Més i més grans blocs; milers o milions d'ells per endavant. Passem companys (aquí no es pot dir pròpiament "corredors") que s'han aturat a recuperar-se; vaig veure que algun d'ells vomitava; altres immòbils, havien d'estirar-se en alguna gran pedra i respirar. "Ànims, ja queda menys!". Grimpada final: ja tenim el coll a prop però no està tot fet; queda potser la part més perillosa, una veritable paret. Pujo, no miro enrere, pujo, pujo, pujo...

Les sensacions que tinc en arribar a dalt, i veure com la vall s'obre davant de mi de l'altre costat del coll, son indescriptibles, i les guardo egoistament per mi. Decideixo aturar-me uns segons i gaudir plenament d'aquest moment. Extasiat, quasi m'oblido de fitxar el sisè control: tres hores i trenta minuts per fer els últims 8 kilòmetres i arribar al punt més alt!

En arribar a meta sabrem que molts, moltíssims participants han quedat tallats en aquest punt del recorregut; per la seva seguretat, l'organització no els va permetre atacar aquest tram de nit, i malauradament van haver de plegar i ser evacuats.

Tot allò que puja, ha de baixar! Ara hem d'afrontar un fort descens. Primer tram: pendent molt pronunciada i amb molta neu. Hi ha una corda instal·lada per ajudar-se a baixar, però decidim una altra vegada que és millor ficar el cul a terra i lliscar avall. Quan la pendent es fa més suau i impossibilita el tobogan, continuem corrent, encara a sobre de la neu. A mesura que baixem la cota, aquesta es fa més tova i ens fa avançar amb molta més precaució, ja que és fàcil enfonsar-se i fer-se mal als turmells. Tornem a pujar una mica fins la Colladeta de Barrancs i passem després per sota de la glacera de l'Aneto. El descens fins el Pla d'Aigualluts és molt llarg, però es torna poc a poc més còmode. Setè control.

Encara queden 19 kilòmetres per arribar, que tot i que tendeixen al descens per pistes forestals i algun corriol, haurem d'afrontar de nit. Encenem el frontals i la llum vermella de darrere i intentem agafar un bon ritme de cursa (aquell que el cansament acumulat ens permet). De nit a les fosques, i amb les més d'onze hores que portem de travessa, perdo una mica la noció del temps. Passem, un darrera de l'altre, sense aturar-nos ja ni un segon, el vuitè, novè i desè controls de pas, situats a l'Hospital i als Banys de Benasque. Passem per una zona de càmpings, on uns pocs campistes ens recompensen amb els seus crits i els seus aplaudiments. "Moltes gràcies!" a tots aquests espectadors anònims.

Agafem una pista paral·lela a la carretera i al cap de pocs minuts ja podem veure el reflexe de les llums de Benasque. "Companys, ho tenim fet!". La gent que seu a les terrasses ens premia també amb els seus crits. Arribem a meta, tretze hores i mitja després. Alguns ploraran. La resta també gaudirà a la seva manera.



Ens quedem una estona veient com arriben a meta uns quants participants més, però la nit es fresca, i suats i exhaurits com estem, el cos ens demana una dutxa calenta i un molt merescut descans. Tornem al càmping, feliços i comentant alguns detalls de la travessa: potser encara no som del tot conscients d'allò que hem fet.
Tot just ficar-nos a la tenda i als sacs, el cel ens sorprèn oferint-nos tot un espectacle de llamps i trons, acompanyat de pluja, pedra i vent. En Txema, en Xavi i jo vam tenir un pensament comú. "Pobres Zurita i Pol, encara deuen córrer!". La tenda aguanta afortunadament el vent i no surt volant. Ens adormim ràpidament. Estava tant cansat, que res no va interrompre el meu son fins que en Zurita va obrir la cremallera de la tenda, i ens va exclamar, literalment: "¡Puto Salenques! ¡Si lo sé, no vengo!". No m'ho crec. Era tan feliç i el seu orgull era tan gran com el de la resta de 170 valents que van acabar la primera edició d'aquesta increïble Trail de l'Aneto.

miércoles, 16 de julio de 2008

¿El Negre o Reyes Estévez...?

Como mínimo, es un parecido razonable... ¿Colaría que Reyes Estévez me ha hecho de liebre?